Enmi blog anterior describí el panorama que motivó la creación de un proyecto innovador en Colombia que viene incrementando un replanteamiento sobre la manera como el Estado y la sociedad deben abordar la temática de la discapacidad desde la perspectiva de la inclusión laboral. Esta vez quiero hablarles del testimonio de Christián Esguerra, un beneficiario del proyecto.
Nombre: Christian Esguerra Pavi
Discapacidad: Persona Sorda
Edad: 26 años
Estrato socieconómico: bajo
Por su alto sentido de responsabilidad y ganas de seguir aprendiendo, a los pocos meses de firmar su contrato como empleado en la empresa ubicada en ciudad de Cali, Imágenes Gráficas, Christian fue promovido a un cargo administrativo en el área contable.
Había iniciado su historia laboral en esa misma empresa como practicante de pre-prensa digital, cuando justo en medio de este periodo, debió detener su proceso formativo, para realizarse la sexta cirugía de corazón abierto. Desde pequeño, una cardiopatía congénita le ha generado quizás más restricciones que su sordera profunda; sin embargo, ninguna de las dos condiciones ha impedido que este joven, siga apostándole a mejorar su calidad de vida y la de su familia.
La cirugía de ese entonces, tuvo la característica de quitarle una preocupación adicional a su madre Rosario, pues por primera vez su hijo mayor estaba afiliado como cotizante a un servicio de salud, debido a que ya iniciaba formalmente su vida laboral.
Christian había terminado su bachillerato en el año 2010 y como muy pocas personas con discapacidad auditiva de Colombia, solo debió esperar unos meses para ingresar a un programa de formación para el trabajo. Gracias al apoyo del Programa Pacto de Productividad (financiado por el BID FOMIN y otras entidades colombianas), se convirtió en uno de los aprendices del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA). Logró terminar sus estudios siendo parte de un grupo “mixto” de aprendices, en el que la mitad de sus integrantes requerían el apoyo de un intérprete de lengua de señas (los demás eran oyentes) pero todos debían demostrar el alcance de las mismas competencias técnicas.
Una vez culminados los seis meses de su fase lectiva de formación, el Programa lo presentó a la empresa que le dio la oportunidad de iniciar y terminar su práctica laboral. Meses después sus directivos, seguían consolidando la iniciativa de inclusión laboral de personas con discapacidad con el acompañamiento técnico de Pacto de Productividad.
La empresa no tuvo inconvenientes para que, una vez Christian terminara su licencia de incapacidad de salud, fuese contratado no como aprendiz, sino como un empleado directo.
En el 2012 Imágenes Gráficas avanzaba en sus tareas de implementar los ajustes razonables para propiciar la vinculación a su nómina de personas con diferentes tipos de discapacidad (ajustes como solicitar el apoyo de un servicio de interpretación para sus trabajadores sordos en momentos clave de su vinculación laboral, la generación de espacios de aprendizaje de comunicación con sus compañeros oyentes, así como la adecuación arquitectónica de espacios físicos para garantizar el acceso y circulación de trabajadores con restricciones de movilidad). Estos son algunos de los alcances de esta empresa cuyos directivos le siguen apostando a la inclusión como una expresión de su política de responsabilidad social.
Christian no solo ha ampliado su panorama laboral, sino que se ha permitido avanzar en materializar varios de sus propios sueños. Con cada sueldo mensual se siente útil en la medida en que puede aportar a la economía de su hogar. Su madre recuerda que cuando Christian era pequeño solo quería tenerlo encerrado en su casa para protegerlo de burlas o de riesgos ambientales que pudieran empeorar su condición de salud. Ahora, agradece a Dios por haberle abierto los ojos y permitirle crecer, soñar y volar.