Por Maria Teresa Villanueva y Caitlyn McCrone Empecemos planteando una simple pregunta. Usando solamente la información proporcionada a continuación, ¿se puede determinar si la declaración final es verdadera o falsa?
Algunos hombres son médicos
Algunos médicos son altos
Por lo tanto, algunos hombres son altos.
No es ninguna sorpresa el hecho de que dicha conclusión no es 100% segura. No podemos determinar que algunos hombres son altos basándonos únicamente la información anterior. ¿Por qué? Porque en este microcosmos, no sabemos si todos los médicos que resultan ser altos son mujeres. A este tipo de ejemplo se le conoce como "error lógico"; un error en el razonamiento que parece cierto, sin embargo, es defectuoso. Este ejemplo resulta bastante interesante porque destaca cómo la falta de desglose de datos por sexo no nos permite ver la imagen completa.
La recolección de datos es esencial para la toma de decisiones deliberada. Durante los últimos años, los gobiernos de todo el mundo han comenzado a tomar en serio la inclusión financiera, incluyendo el desarrollo de estrategias con objetivos concretos para las mujeres. Algunos ya han tomado nota de las brechas de género existentes; sin embargo, muy pocos reconocen aún la importancia de los indicadores desglosados por sexo como una herramienta para ayudarles a tomar decisiones de políticas.
Aquí hay un ejemplo de números importantes: Findex reportó que, en el año 2011, el 39% de la población de América Latina y el Caribe y el 51% en todo el mundo tenía cuentas bancarias. Este porcentaje aumentó a 51% en América Latina y el Caribe en 2014. Sin embargo, estas últimas cifras ocultan una brecha de género entre hombres y mujeres de 5%, con las mujeres quedando por debajo de la media regional y los hombres por encima (49% de las mujeres poseen cuentas bancarias en comparación con el 54% de los hombres). Tal vez aún más económicamente significativa es la persistente brecha de género en los servicios financieros; las pequeñas y medianas empresas propiedad de mujeres en América Latina y el Caribe informaron que la brecha entre su demanda de crédito y el importe del crédito que recibieron alcanzó los US$85,6 mil millones en 2014; la mayor brecha de crédito en cualquiera de las regiones del mundo. Esto significa que las pequeñas empresas propiedad de mujeres en la región son incapaces de obtener el financiamiento que necesitan para crecer.
Por otra parte, algunas iniciativas recientes —tanto en el sector público como en el privado— de recopilar datos desglosados por sexo están ayudando a asegurar que las necesidades y preferencias del 100% de la población sean reconocidas adecuadamente, graficadas y diferenciadas. Están nivelando el terreno de juego para los empresarios de ambos sexos.
La Alianza Global de Bancos para la Mujer (GBA), en colaboración con el Fondo Multilateral de Inversiones del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo y Data2X, ha publicado un nuevo informe que resume algunas recomendaciones dirigidas específicamente a los gobiernos. Entre ellas se encuentran dos medidas fundamentales que los gobiernos pueden tomar:
Los objetivos dan el puntapié inicial: Establecer objetivos desglosados por sexo para las estrategias de inclusión financiera. En Ruanda, por ejemplo, donde la inclusión financiera ha sido históricamente baja —sólo el 21% de la población tenía acceso a los servicios financieros en el año 200—. el Banco de Ruanda estableció un objetivo de inclusión financiera de un 80% para el año 2017. El desglose de los datos de la oferta por el sexo permitió que el banco central del país pudiese ver que, durante los cinco años anteriores, la proporción de préstamos de la banca comercial para las mujeres había sido, en promedio, de tan sólo un 20%. Empoderado por esta información, el gobierno decidió dar dos pasos: el fortalecimiento del alcance de ahorros y cooperativas de crédito, y la modificación de las reglas para permitir un mayor número de agentes bancarios en las zonas rurales, donde la mayoría de las mujeres tienden a ser bancarizadas. El resultado fue impactante: tan sólo 4 años más tarde, la proporción de préstamos de la banca comercial a las mujeres se había duplicado a un 42%.
Abogar por la recolección de datos: Sensibilizar a los actores clave de los sectores privado y público, incluidas las instituciones financieras, sobre la importancia de la recopilación de datos desglosados por sexo.
Chile. Chile, a través de su Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF por sus siglas en español), ha producido constantemente indicadores financieros desglosados por sexo durante los últimos 14 años. Es el único país de América Latina y el Caribe que lo ha hecho, y ha conseguido vincular directamente el éxito de esta recopilación de datos con las evaluaciones de desempeño del personal de la superintendencia. Los datos han puesto de manifiesto algunas tendencias interesantes: en comparación con sus homólogos masculinos, las mujeres registran consistentemente los niveles más bajos de Cartera en Riesgo y menores índices de cheques rechazados. Los datos también documentaron las diferentes tendencias entre los hábitos de gasto y de endeudamiento de los hombres y las mujeres, y, al mismo tiempo, se indica dónde ya no existen diferencias entre los sexos.
Zambia. El Banco de Zambia se sometió a una auditoría de género participativa de la Organización Internacional del Trabajo y trabajó con tres bancos para aplicar la herramienta de la OIT Female and Male Operated Small Enterprises (FAMOS) (Pequeñas Empresas operadas por mujeres y hombres) para entender las cuestiones de género tanto dentro de su personal como en la industria bancaria del país. Esto permitió que el banco central del país pudiese evaluar qué tan bien los bancos locales están sirviendo a las pequeñas empresas, en particular las que son propiedad de mujeres.
En resumen, la recolección de datos desglosados por sexo da a los gobiernos la capacidad de adaptar las estrategias de inclusión financiera para hacer frente a las diferencias de género, y al mismo tiempo, ayuda a las instituciones financieras a identificar el gran mercado —sin explotar— de las mujeres para los servicios financieros.
Información completa del caso de recolección de datos desglosados por sexo se puede encontrar en el siguiente enlace.