Jean Beausejour es conocido por jugar en la selección chilena de fútbol, con la cual ganó la última Copa América. Un hecho menos conocido sobre él, de padre de Puerto Príncipe y madre mapuche, es que es representa una de las comunidades de inmigrantes con mayor crecimiento en el país: los haitianos-chilenos.
Cuando pensamos en la migración en la región, nos viene a la mente los viajes Sur-Norte de quienes buscan nuevas oportunidades en América del Norte y Europa Occidental. Sin embargo, desde que se disminuyó la atracción económica relativa de estas dos regiones debido a la crisis financiera mundial de 2008/2009, ha venido creciendo la migración dentro de ALC. Según un estudio realizado en 2015 por la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el número de personas que se desplazan dentro de ALC aumentó en un 17% anual entre 2011 y 2013, comparado con 5% anual en el conjunto de las Américas en el mismo período. En términos absolutos, la región alberga actualmente a más 4 millones de migrantes de ALC y se prevé que este número se duplique en los próximos cuatro años.
Como una de las economías más dinámicas de la región, Chile es un destino particularmente popular para los migrantes latinoamericanos. Según datos del Departamento Nacional de Estadística, el número de personas nacidas en el extranjero en Chile era de 410.998 en el 2014 (2,3% de la población total), lo que es aproximadamente al doble del registrado en 2002. Si bien los ciudadanos de países vecinos como Argentina, Bolivia y Perú constituyen la gran mayoría de los migrantes es también significativo el aumento del número de personas de países más lejanos como Colombia o Haití.
La aceleración y los cambios en los patrones de la migración hacia Chile presentan desafíos y oportunidades al gobierno, a los actores del sector privado ya los migrantes mismos. Para comprender mejor la realidad de los migrantes latinoamericanos y caribeños en Chile y ayudar a los tomadores de decisiones a abordar sus necesidades de manera efectiva, el FOMIN se asoció con la Universidad Católica de Chile, el J-PAL y el Servicio Jesuita para Migrantes y Refugiados para realizar una encuesta entre los migrantes de América Latina y el Caribe en Chile. Los resultados de esta encuesta, la cual contenía preguntas sobre diferentes aspectos de la integración de los migrantes en la sociedad chilena, están disponibles en un nuevo informe lanzado esta semana durante un evento en el Centro de Estudios Públicos de Santiago.
El informe muestra que si bien los migrantes de ALC en Chile están integrados en términos sociales y económicos, esta integración depende en gran medida de su acceso a un empleo de calidad. Por ejemplo, mientras que los migrantes que tienen trabajo reportan niveles salariales que son comparables a los de la población chilena en general -un hecho probablemente debido a los niveles relativamente altos de educación de los migrantes- también hay una gran proporción de migrantes desempleados, que además frecuente viven en situaciones de precariedad financiera, caracterizadas, por ejemplo, por la falta de cualquier tipo de ahorro.
En línea con los objetivos del Programa de Remesas y Ahorros del FOMIN, la encuesta también indagó sobre el estado de la inclusión financiera de los migrantes latinoamericanos en Chile. Los resultados correspondientes sugieren que, similar a lo que encontramos en el contexto de las comunidades de inmigrantes de ALC en España y los Estados Unidos, todavía hay una proporción significativa de migrantes a la que aún no se ha logrado incorporar en el sector financiero formal. Casi la mitad (48%) de todos los emigrantes que reportan ahorrar, por ejemplo, lo hacen en casa y no en un banco, y por lo tanto se ven privados de los beneficios -por ejemplo, en términos de seguridad y diversificación- de acumular activos en una institución financiera formal. Una vía prometedora para transformar más migrantes en clientes de productos financieros básicos, como cuentas de ahorro, podría consistir en apalancar sus transferencias de remesas. Del 95% de los migrantes que regularmente envían dinero a sus familias en sus países de origen, sólo el 5% lo hacen a través de un canal bancario, lo que indica la escasa participación de los bancos chilenos en el mercado de remesas.
Hay muchas noticias bienvenidas en nuestro informe sobre la situación de los migrantes de ALC que decidieron mudarse a Chile. Sin embargo, se deberían tomar medidas adicionales para ampliar el bienestar económico y la seguridad financiera a largo plazo a quienes actualmente carecen del acceso a una fuente estable de ingresos. Para las instituciones financieras como los bancos y cooperativas de ahorro y crédito, tales medidas incluyen la innovación en la comercialización y el diseño de productos para proporcionar a los migrantes cuentas de ahorro y otros productos financieros de largo plazo. En la medida en que esto se logre, Chile podría aportar valiosas lecciones para los demás países en ALC que acojan a un número cada vez mayor de sus vecinos regionales en los próximos años.