Foto: Victor Casale
2015 fue un buen año para las remesas a América Latina y el Caribe (ALC). Los montos de estas transferencias crecieron a un nuevo récord de US$65.700 millones, de acuerdo a un nuevo informe publicado el pasado viernes por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA). 2015 también nos confirmó que continúa el crecimiento de los flujos de remesas hacia América Latina y el Caribe (ALC). El año anterior, las remesas ya habían alcanzado un máximo histórico de US62.000 millones, lo que indicó una recuperación de la crisis financiera mundial.
El informe de CEMLA, que fue financiado por el FOMIN, destaca que el crecimiento de las transferencias de migrantes fue particularmente fuerte en el Caribe y Centroamérica, donde las entradas de remesas crecieron un 7,6% y 6,6% respectivamente en 2015. Como tendencia general, el crecimiento de las remesas fue más acentuado en los países y subregiones donde los Estados Unidos representan el principal destino y país de acogida de los migrantes debido a una mayor recuperación económica en ese país comparado con las otras naciones de acogida de migrantes de la región, especialmente España.
Dado que el crecimiento de las remesas superó al crecimiento de las economías de la región en general, la importancia relativa de estas transferencias siguió aumentando en la mayoría de los países de ALC en 2015. La participación en el producto interno bruto (PIB) de las remesas alcanza un 25% en Haití, por ejemplo, y es más de una sexta parte de la economía de El Salvador, Honduras y Jamaica. Detrás de estas cifras hay muchos millones de hogares que dependen de estas transferencias monetarias regulares desde el extranjero, no sólo para cubrir necesidades básicas como alimentos y ropa, sino también para pagar los servicios de salud y educación. Es más, hay pocos indicios de que la importancia de las remesas para América Latina y el Caribe disminuirá en un futuro próximo: el informe del CEMLA sugiere que en 2016 tendremos otro récord de estas transferencias, ya que se proyecta que las remesas crezcan casi un 6% a un total de US$ 69,5 mil millones.
A medida que sigue aumentando la importancia de las remesas para el bienestar de los hogares en toda la región, las familias también se vuelven cada vez más vulnerables frente a las desaceleraciones económicas en los principales países receptores de migrantes. Una de las mejores maneras para los hogares receptores de remesas de amortiguar contra estos efectos negativos es usar parte de estas transferencias para acumular activos a largo plazo, bien financieros como ahorros a largo plazo, o no financieros como inversiones en propiedad inmobiliaria o pequeñas empresas.
El FOMIN, a través de su programa de Remesas y Ahorros, ha estado apoyando a instituciones financieras en ALC a diseñar y expandir el acceso a productos de ahorro adaptados a las necesidades de los clientes de remesas, quienes representan a hasta un quinto de la población en algunos de los países más pobres de la región. Los proyectos con estas instituciones, y nuestras investigaciones sobre los comportamientos financieros de los emisores y receptores de remesas han revelado diferentes caminos prometedores para mejorar la resiliencia financiera de los clientes de remesas. Por ejemplo, nuestros estudios sobre las comunidades de migrantes de ALC en los Estados Unidos, España y Chile (en producción) sugieren que hay oportunidades comerciales para que los migrantes puedan canalizar las remesas hacía las cuentas de ahorro para el retiro o adquirir propiedades en sus países de origen. El progreso tecnológico y en el ámbito de regulación hará que estas oportunidades sean aún más prometedoras.
2015 trajo buenas noticias sobre las remesas hacía ALC. Trabajemos juntos para asegurar que la región se beneficie de estas transferencias en los próximos años. Más que nunca, estamos aprendiendo cómo hacerlo.