
Durante los últimos meses he reflexionado sobre una idea que formulé durante mi participación en la 10ª Conferencia Internacional de Microseguros en la Ciudad de México en noviembre y el Viaje de Estudio en Microseguros Agrícolas paralelo: es necesario tomar una perspectiva más integral del manejo de riesgos en el tema de microseguros. Se está viendo cada vez más que los microseguros no pueden tener el impacto que queremos si existen como productos y servicios aislados. Si tuviera que apostar, diría que en América Latina y el Caribe estamos entrando a la época de las alianzas público-privadas en el tema de microseguros. Acoger estas las alianzas es imperativo para su éxito a largo plazo.
En México, solamente 26 centavos de cada dólar que se está pagando como prima, está regresando a los clientes por reclamos, según uno de los panelistas en la conferencia. Tenemos que aumentar la eficiencia de estos esquemas. ¿La solución? Apalancar los canales existentes, en particular los mecanismos ya implementados por los programas sociales.
En el caso de microseguros agrícolas en México, existe el esquema CADENA que brinda apoyo a pequeños agricultores en caso de un desastre natural. También existen los Fondos de Aseguramiento que agrupan a los productores quienes comparten riesgos bajo un esquema mutual con reaseguro y reciben capacitación y subsidio del gobierno. Ahora estos pequeños agricultores quieren la opción de comprar más cobertura. ¿No se pueden utilizar las bases de datos que maneja la institución nacional de seguros AGROASEMEX y aprovechar los canales ya en existencia para estos programas para que las aseguradoras privadas ofrezcan más cobertura a los pequeños agricultores?
En el caso de pagos sociales en Colombia, Red Unidos y Banca de las Oportunidades han colaborado para ofrecer seguro de vida y apoyo funerario a beneficiarios de los programas sociales Red Unidos y Familias en Acción. Durante el primer año, el gobierno pagó el total de la prima para las 39.200 familias participantes, y en los años siguientes el costo de la prima está siendo pagado por las familias. El gobierno ya había identificado las familias de bajos ingresos, ya tenía canales para llegar a ellos, y facilitaron las condiciones para que el sector privado pudiera ofrecerles servicios adicionales a los beneficiarios. Ahora el programa puede correr solo.
En el caso de microseguros de salud, está el caso de RSBY en la India, un programa nacional de seguro de salud para los pobres. No digo que es el modelo más indicado para nuestra región, pues conceptualiza un papel secundario para el sector privado- un sector que mucho ha impulsado los microseguros en America Latina- pero ¿puede haber una versión latina para extender la cobertura de seguros de salud?
Reconozco que apalancar sistemas ya instalados por otras instituciones no es un reto fácil. Por las distintas políticas y prioridades que existen entre diversas instituciones, a veces es más fácil “ir solo” que colaborar y apalancar iniciativas. Sin embargo, les invito a soñar y preguntarse: ¿estamos aprovechando todas las oportunidades para compartir?