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En América Latina y el Caribe están apareciendo diferentes modalidades de servicios financieros móviles, particularmente en los últimos dos años con iniciativas que muestran una evolución de los sistemas de pagos hacia el uso de dinero electrónico. Adicionalmente, se han venido desarrollando esquemas de acercamiento a los clientes a través de corresponsales bancarios y puntos de venta claves para el flujo de efectivo.
Aunque la región ha alcanzado índices del 100% de penetración de telefonía móvil, solamente el 25% de la población de bajos ingresos tiene acceso a una cuenta bancaria. En países como Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Panamá, Perú y Uruguay se registraron en el 2011 más abonados a sistemas móviles celulares que habitantes, sin embargo, sólo el 39% de los adultos en la región registran tener una cuenta en una institución financiera, contando con países como El Salvador (13%), Nicaragua (14%), Perú (20%), y Guatemala (22%) con índices muy inferiores al promedio según cifras de Findex. Esto plantea el gran potencial de expandir servicios financieros a través de este canal, particularmente a la población no bancarizada; debido a que el costo de adquirir nuevos clientes representa menos del 70% del costo de adquisición en una sucursal.
En México por ejemplo, se estima que más de 5 millones de familias recogen la transferencia del programa Oportunidades a través de una tarjeta pre-pagada vinculada a una cuenta de depósito o con una tarjeta de débito ligada a una cuenta de ahorro de Bansefi (banco de desarrollo). Aun así, se estima que las familias siguen incurriendo por bimestre un costo promedio de traslado de 8 pesos mexicanos e invierten 47 minutos para recoger la transferencia o desplazarse a algún punto de venta. Sin embargo, de realizar dichas transferencias vía celular se estima que las familias podrían ahorrarse este costo. Además, podrían ahorrar hasta el 96% del costo actual principalmente asociado con el pago de servicios públicos (luz y agua) y la recepción de remesas, si estas transacciones se llevaran a cabo a través del celular.
La tecnología móvil es una opción que permite generar ahorros para los beneficiarios de los programas sociales, especialmente cuando se trata del pago de servicios. Adicionalmente, resultados de un estudio realizado sobre hábitos y preferencias a la población beneficiaria, mostró que no hay grandes obstáculos para la adopción de los monederos electrónicos en los celulares y que existe disposición para probar la tecnología.
El FOMIN, a través del Programa de Tecnologías para la Inclusión Financiera (TEC-IN) busca probar diferentes modelos de negocio innovadores que a través de la tecnología permitan avanzar hacia la inclusión financiera. Entre los esfuerzos liderados por Tec-In destacan los proyectos en Perú con la Federación de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (FEPCMAC), en Paraguay con la empresa de telefonía móvil Tigo y en Colombia con Redeban Multicolor entre otros, donde se está avanzando hacia el desarrollo de diferentes modelos de negocio que a través de la telefonía móvil permiten de una manera costo-eficiente proveer servicios financieros a la población de bajos ingresos.
- En Perú: Se busca fomentar el microahorro rural a través de telefonía móvil y tarjetas prepagadas. Cada vez que el cliente desee incrementar el saldo de su cuenta de ahorro, compra una tarjeta telefónica prepagada en cualquier establecimiento autorizado e ingresa los datos para recargar su cuenta. Con este esquema, se estima una reducción en los costos de operaciones para las instituciones microfinancieras de $2 dólares que representa el costo de transacción de agencia a $0.3 dólares que representa el costo de transacción con tarjeta.
- En Colombia: Se busca poner a prueba distintos esquemas de negocios con 5 instituciones financieras que permitan la apertura y transaccionalidad de cuentas de ahorros de bajo costo utilizando el celular, mediante la adaptación de la plataforma de pagos móviles interoperable de Redeban Multicolor (RBM). Con este esquema se espera reducir los costos operativos de una cuenta de ahorro entre el 15 y 20%.
- En Paraguay: Tigo Money es una iniciativa de “última milla” que une a 3 entidades financieras y 2 fundaciones para brindar un servicio de banca móvil donde la población no atendida previamente por el sistema financiero puede realizar: giros nacionales e internacionales, pagos de servicios, pagos en comercios adheridos, y pago de créditos así como acceder a su cuenta de ahorros a través del celular. Actualmente, Tigo Money cuenta con más de un millón de clientes, y con 2.100 puntos de venta en todo el país.
Los incentivos de cada actor participante son:

La expansión de iniciativas provenientes no solamente de instituciones financieras, sino también de proveedores de telefonía móvil, proveedores tecnológicos como plataformas, redes, y otras instituciones que están incursionando con modelos de negocios innovadores, alteran el ecosistema de la industria con modelos de negocios complejos y planean nuevos retos para los entes reguladores. Las diferencias económicas, regulatorias y de la infraestructura del sistema financiero hacen que cada país tenga un ecosistema particular y por ello no sea replicable de un mercado a otro.
Aún no está claro qué modelos podrán efectivamente subsistir en un mercado cada vez más saturado por iniciativas. El ofrecer productos con valor agregado para el cliente que atienda sus necesidades, le den confianza, cuenten con una amplia red de agentes, sean interoperables y logren escala, serán quizá los que mayores posibilidades de subsistencia tengan.