Es ampliamente aceptado que el acceso a los servicios básicos es un aspecto clave en la mejora de las vidas de los individuos en la base de la pirámide económica de cualquier país. Desafortunadamente, los servicios básicos en Haití son un caso atípico en comparación al resto de las Américas en dos aspectos:
- Un gran porcentaje de la población carece de acceso a servicios básicos. Por ejemplo, solo el 50 % de la población urbana y el 29% de la población rural tienen acceso al agua e incluso menos (30% a nivel urbano y 12% a nivel rural) tienen acceso a servicios de saneamiento.
- El acceso a servicios básicos en Haití es proporcionado, en su mayoría, por el sector privado y no por el gobierno. En la educación, las instituciones privadas proveen estos servicios para más del 80% de la población.
No es necesario decir que esta situación tiene implicaciones importantes, no sólo parael bienestar de los haitianos, sino también para el desarrollo del país a largo plazo. Estos retos incluyen: una falta de servicios de calidad; excepto para educación, la falta de disposición del público en general para pagar los servicios, porque los mercados están distorsionados, poca coordinación entre los distintos actores del sector público y privado que prestan estos servicios y dificultades del gobierno para regular adecuadamente los sectores. Estos desafíos, aunque desalentadores, representan oportunidades para empezar a crear un cambio significativo y duradero en la vida de la mayoría de los haitianos, como lo discutimos en este blog anterior.
Los servicios básicos en Haití son muy dependientes de la ayuda exterior, con todos los donantes multilaterales y bilaterales financiando intervenciones — la mayoría en cooperación con el gobierno haitiano— en los sectores de salud, agua, saneamiento, educación y, en menor medida, energía.
Salud. Hace dos años, el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), en coordinación con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aprobó su primer proyecto en el sector salud, Carte Avantage Santé, para proporcionar un conjunto de servicios básicos para la población de bajos ingresos de Puerto Príncipe.
Agua y saneamiento. El Banco Mundial ha estado trabajando para mejorar el acceso al agua y servicios de saneamiento en áreas rurales del sur de Haití, en asociación con la agencia estatal de agua y saneamiento, DINEPA. El FOMIN también está apoyando indirectamente el acceso al agua a través de una inversión en el Leopard Fund, que a su vez invirtió en DLOHaiti, una start-up que está ofreciendo agua potable a poblaciones desatendidas mediante una red de quioscos en las afueras de Puerto Príncipe. Estos quioscos producen agua purificada en el sitio y lo distribuyen a través de varios canales a las comunidades circundantes, incluyendo escuelas.
Educación. A través de su proyecto todos los niños leen (Tout Timoun Ap Li or ToTAL), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha desarrollado un modelo de enseñanza para mejorar las habilidades de lectura para niños de escuelas primarias (grados 1 al 3 en Puerto Príncipe, Cabo Haitiano y Saint-Marc). La idea es que sea la base para una iniciativa más amplia que pueda llegar a más de 1 millón de niños en el país, con la ayuda de otros socios donantes.
Esfuerzos como estos son un comienzo importante, dada la magnitud de la tarea. Todos los donantes tienen un rol que desempeñar, particularmente aquellos que se dirigen a pequeños actores e individuos a nivel comunitario. Pero, ¿Qué pasa con los donantes que son relativamente inexpertos en los servicios básicos, como el FOMIN? Con sus intervenciones, relativamente pequeñas, en un sector tan complicado, con diferentes dinámicas en juego en cada sub-sector, ¿Cómo pueden estos donantes marcar la diferencia? Aquí presentamos algunas ideas, basadas en la experiencia del FOMIN en otros sectores:
Tener un claro enfoque e identificar “victorias rápidas.” Dirigirse a uno o dos aspectos de los servicios básicos de manera inicial como un punto de entrada para el sector más amplio — como la educación, donde la cobertura para la población es alta en comparación con agua y saneamiento y donde la disposición para pagar (un reto importante) no sea un problema. Apoyar y fortalecer modelos existentes que han sido ya probados en el mercado, aunque en pequeña escala, para incrementar la probabilidad de que estos modelos actúen como catalizadores para lograr un cambio a gran escala.
Aumentar el impacto mediante el desarrollo de clústeres de proyectos. Usar las intervenciones iniciales como base para desarrollar un grupo de proyectos que aborden tanto el acceso al servicio como la calidad del servicio, o ambos. Basar el tipo de proyectos en las necesidades articuladas por los beneficiarios potenciales, el gobierno, las partes interesadas del sector, donantes potenciales, así como la investigación de la dinámica del mercado. Este enfoque aumentará las posibilidades de que los proyectos nos enseñen qué es lo que funciona en Haití. Este conocimiento, a su vez, puede ser empleado para informar tanto la replicación como la escala de proyectos existentes, y también el diseño de nuevos proyectos.
Juntar socios estratégicos. Trabajar en equipo con socios que comparten ideas afines o con intereses comunes apalancará recursos e incrementará los prospectos para expandir y replicar las intervenciones exitosas. Esto también puede conducir a una colaboración más estrecha en el mismo sector, o en otras áreas.
Ser flexible. Reconocer las diferentes dinámicas que operan en el terreno en cada subsector de los servicios básicos. No puede haber un enfoque uniforme. Es importante permanecer flexible y ser capaz de diseñar intervenciones que pueden ser adaptadas o cambiadas a las condiciones del mercado local, y producir conocimientos que puedan informar el diseño de futuros proyectos.
Considerar cómo hacer los proyectos sostenibles desde el principio. Con el fin de garantizar que los proyectos continúen al término de la subvención de los donantes, tome acción para involucrar de manera significativa a la comunidad local desde el principio en el diseño de los proyectos. Habilidades, tecnología y otras herramientas deben de ser transferidas a los actores locales, a través de formación de entrenadores y otros enfoques similares.