• Nosotros
  • Áreas temáticas
  • Países
  • Proyectos
  • Noticias
  • Conocimiento
  • Entrar
English (United States)es-ES

  • Nosotros
  • Áreas temáticas
  • Países
  • Proyectos
  • Noticias
  • Conocimiento
  • Entrar
  • -->

Quinua: de grano sagrado de los Incas a superalimiento del siglo XXI



Share this

Tweet


En el Año Internacional de la Quinua, el FOMIN quiere brindar un perfil de este cultivo milenario cuya alta demanda mundial se debe, al menos en parte, a su alto valor nutricional. El boom en la demanda y precios internacionales de este cultivo están brindando mayor estabilidad financiera en zonas productoras -  particularmente a pequeños productores del área rural. A pesar de esto, este periodo de bonanza también plantea una serie de cuestionamientos relacionados con seguridad alimentaria e impacto medioambiental y social.

El cultivo de la quinua, un cultivo cuyas semillas se asemejan a granos, data de civilizaciones andinas pre-colombinas localizadas en Perú, Bolivia y Ecuador, que aun son los mayores productores mundiales de quinua, como se muestra en este articulo escrito por Jose Daniel Reyes para el blog de Comercio del Banco Mundial La quinua es un pseudocereal  que se identifica como grano debido a que sus semillas comestibles, luego de ser procesadas, se cocinan como el arroz. Los Incas denominaron a la quinua como “Madre de todos los granos” probablemente reconociendo su valor nutricional que le ha ganado el título de “súper alimento”: la quinua es una fuente completa de proteínas con dos veces el nivel de fibra de otros granos. Adicionalmente, no contiene gluten y aporta vitaminas, minerales y nueve aminoácidos esenciales.  

BENEFICIOS PARA LOS PRODUCTORES

Contar con un mercado internacional asegurado a altos precios es el mayor beneficio actual para los productores. En relación a la demanda, la creciente popularidad de la quinua se traduce en un incremento de 18 veces en el nivel global de importaciones durante el periodo de 2001 a 2011, siendo la Union Europea y Canada los mayores compradores mundiales, según lo reportado por Jose Daniel Reyes. Durante el mismo periodo, el aumento en el precio por tonelada de US$ 449 en 2001 a US$ 1,266 en 2010 ha incrementado el nivel de ingresos y calidad de los productores de quinua.

Otro aspecto que vale la pena mencionar es la adaptabilidad de la quinua a diferentes climas y condiciones de suelo. Una publicación de FAO  resalta los bajos costos de producción y alto potencial productivo de este cultivo en áreas geográficas tan distintas como Kenya (con rendimientos de 4 tons. por hectárea) y Francia (1.08 tons. por hectárea). Esto está motivando a algunos productores a adoptar denominaciones de origen en un intento por posicionar y diferenciar su producto como en el caso de la “quinua real”, una denominación adoptada por productores bolivianos de la provincia Lipez para diferenciar la quinua de grano que se cultiva en esta región.

PREGUNTAS EN RELACION AL BOOM DE LA QUNUA

Por un lado, los altos precios de la quinua pueden estar cambiando patrones migratorios en Bolivia. En este articulo del New York Times, Miguel Choque Llanos, Director Comercial de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (ANAPQUI), menciona que los altos precios internacionales están motivando a pobladores del área rural a permanecer en sus regiones cultivando quinua en lugar de emigrar a zonas urbanas o a países vecinos en busca de mejores oportunidades. Por otro lado, el alza de precios crea desafíos relacionados con seguridad alimentaria y sostenibilidad medioambiental, temas que no son exclusivos a la producción de quinua. En el blog del Banco Mundial, Reyes reconoce que la seguridad alimentaria es un tema complejo  ya que precios elevados impiden el acceso al producto por parte de consumidores locales pero benefician a productores rurales que generalmente son el sector más pobre de la población. Adicionalmente, Emma Banks de la Red Andina de Información indica que preferencias personales, gustos regionales, disponibilidad de cultivos menos conocidos con igual valor nutricional (como kañawa y amaranto) y discrepancias en los volúmenes de producción reportados son factores que deben tomarse en cuenta en un estudio mas completo que apunte a comprender el verdadero impacto del alza de precios de este producto. En relación a impacto medioambiental, la desertificación es una amenaza latente, particularmente si se considera el incremento en las áreas de producción y el menor uso de prácticas de cultivo sostenible (como rotación de cultivos o periodos de descanso). En respuesta, compañías importadoras como Alter Eco requieren que los productores adopten prácticas que apunten a prevenir la degradación de suelos como por ejemplo sistemas rotativos de pastoreo.

LA LABOR DEL FOMIN

Son varias las razones que motivan al FOMIN a trabajar con este cultivo. Primero, la quinua es un cultivo tradicional bandera que se está produciendo en el corazón de nuestra región. Además, su creciente popularidad en el mundo entero esta creando nuevas oportunidades para que productores latinoamericanos exporten sus cosechas a través de mercados internacionales que proveen a tiendas especializadas y restaurantes.

Por otra parte, el éxito comercial de la quinua, los elevados precios y exportaciones, están generando una expansión descontrolada de los cultivos en detrimento de pastizales y tierras con otras potencialidades agrícolas y de crianza ganadera, lo cual conlleva al desecamiento de humedales poniendo en  riesgo el equilibrio hídrico de todo el altiplano. En ese marco, el acompañamiento del FOMIN al proceso posibilitará demostrar que la quinua puede producirse de manera sostenible en terrenos salinos desérticos recuperando suelos y foresta nativa generando efectos positivos sobre el medio ambiente.

Un par de proyectos desarrollados por el FOMIN que valen la pena mencionar son: “Servicios Empresariales Integrales para Pequeños Productores”, desarrollado en Bolivia el 2007 a través del Instituto para el Desarrollo de la Pequeña Unidad Productiva. Este proyecto brindó financiamiento y asistencia técnica a 685 pequeños productores del área rural en las industrias de quinua, camélidos y turismo. En el 2009, el proyecto “Mejoramiento de la Transformación de Productos con Alto Valor Nutricional para la Reducción de Pobreza” se desarrolló en coordinación con la Fundación Mujer y Familia Andina beneficiando a 9,226 productores de quinua y amaranto en Ecuador mediante la provisión de asistencia técnica para la expansión de producción orgánica, mejoramiento de la cadena de distribución y provisión de capacitación a productores.

Este año el equipo de Cadena de Valor del FOMIN comenzará un proyecto enfocado a promover el manejo sostenible de tierras e implementar un sistema de control de calidad y trazabilidad para quinua orgánica cultivada en el Altiplano Boliviano. El proyecto será ejecutado por la Cámara Boliviana de Exportadores de Quinua (CABOLQUI) conformada por 11 empresas líderes en el rubro de la quinua y otros productos orgánicos.

De esta manera, en el Año internacional de la Quinua, el FOMIN está jugando un rol activo para asegurar que este importante alimento – y las personas que lo cultivan – prosperen por muchos años más. 

***

QUINOA: From Golden Grain of the Incas to superfood of the 21st century

In the International Year of Quinoa, the MIF wants to provide a profile of this ancient grain whose worldwide demand in the last few years has been driven by its high nutritional value. Increases in demand and prices are providing economic stability to producers - often smallholder farmers in rural areas - while at the same time posing new questions related to food security and environmental impacts.

Quinoa is a grain-like crop, thought to be cultivated since Pre-Columbian Andean civilizations in Peru, Bolivia and Ecuador, which today are still the world’s main quinoa producers, as shown in this World Bank Trade Blog post by Jose Daniel Reyes. Although the quinoa plant is closely related to beets and spinach, it is often referred to as a pseudocereal because of its edible seeds which, after being processed, can be cooked  in the same way as rice. The Incas named it 'mother of all grains,' probably acknowledging its nutritional value which has earned it the title of “superfood.” Quinoa is a complete protein source with twice the fiber level of other grains. Additionally, it is gluten-free and contains all nine essential amino acids along with other vitamins and minerals.  

BENEFITS TO PRODUCERS

Having a secured market with high prices are the biggest benefits for producers nowadays. In terms of demand, quinoa’s rising popularity has translated to an 18-fold increase in global import demand from 2001 to 2011, mainly driven by countries in the European Union and Canada as mentioned by Jose Daniel Reyes. During the same 10-year period, there has been a price increase from an average of US$ 449 per ton in 2001 to around US$ 1,266 per ton in 2010 providing producers with higher income levels and lifting their living standards.

Another point worth mentioning is this crop’s remarkable adaptability to various climate and soil conditions. A FAO publication highlights this crop’s low production costs and high yields attainable in areas as varied as Kenya (4 tons / hectare) and France (1.08 tons / hectare). Some farmers are developing denominations of origin in an attempt to position and differentiate their product in high-value niche markets as is the case with “quinoa real,” a denomination adopted by farmers from Lipez province in Bolivia to differentiate the large grain quinoa produced in the region.

QUESTIONS REGARDING THE QUINOA BOOM

On the one hand, higher prices may be changing migration patterns in Bolivia. In this New York Times article, Miguel Choque Llanos, commercial director of the National Association of Quinoa Producers, notes that high quinoa prices are encouraging people living in the countryside to stay and grow quinoa instead of moving to the city or to neighboring countries in search of better opportunities.  On the other hand, rising prices also pose challenges related to food security and environmental sustainability which are not unique to quinoa production. In the World Bank Trade Post, Reyes recognizes that the food security issue is complex: while rising prices may deny access to local consumers, they are benefitting rural producers who are among the poorest families in the country. Moreover, Emma Banks from The Andean Information Network mentions regional and personal preferences, the availability of other lesser-known nutritious crops (such as kañawa and amaranth) and conflicting production data as factors that should be taken into account in a comprehensive  study aimed at understanding the impact of rising quinoa prices. In terms of the environmental impacts, desertification remains a threat, particularly as production areas increase and sustainable cultivation practices (such as crop rotations or fallow periods) are less common. In response, import companies like Alter Eco are requiring adoption of practices aimed at preventing soil degradation such as rotational grazing systems.

WHAT THE MIF IS DOING

Quinoa is worth the MIF’s attention for a number of reasons. For one thing, it is a traditional staple crop in the heart of our region. For another, its rising popularity all over the world is creating new opportunities for Latin American farmers to export their quinoa crops through international markets that supply specialty grocery stores and restaurants.

Furthermore, the commercial success of quinoa, and increases in prices and exports are leading to uncontrolled sprawl of crops at the expense of using land for other kinds of agriculture or livestock breeding, and to the drying of wetlands which threatens the balance of water throughout the highlands. In this context, the MIF’s contribution to the process will enable [farmers?]  to demonstrate that quinoa can be produced sustainably in saline desert lands, protecting soils and native plants, and generating positive effects on the environment.

A couple of quinoa-related MIF projects worth mentioning are “Integrated Business Services for Small Producers,” carried out in Bolivia in 2007 (through the Small Production Unit Development Institute), which provided financing and technical assistance for 685 low-income rural small producers in the quinoa, camelid and tourism industries; and the 2009’s “Poverty Reduction through Improved Processing and Marketing of High-Nutritional-Value Cereals and Grains” project (in partnership with the Andean Women and Children Foundation), which reached around 9,226 quinoa and amaranth producers in Ecuador with technical assistance to expand organic production, strengthen the supply chain and provide training.

This year, the MIF Value Chains team has a quinoa project in its the pipeline that will focus on promoting sustainable land management and implementing a system of quality control and traceability for organic quinoa grown in the Bolivian Altiplano. The project will be executed by the Bolivian Chamber of Quinoa Exporters (CABOLQUI) and covers seven regional groups with a total of 12,000 affiliated producers. So in the International Year of Quinoa, we at the MIF can say we are playing a role in ensuring that this important food—and those who grow it—will flourish for years to come.

 

Lo último en:     

    • Nosotros
    • Áreas Temáticas
    • Países
    • Proyectos
    • Noticias
    • Conocimiento
  • Términos y Condiciones
  • Políticas de Privacidad