Cuando se trata de remesas, los países de América Latina y el Caribe (ALC) se han convertido en una improbable excepción global. En abril, el Banco Mundial reportó que la cantidad de dinero enviado por los migrantes disminuyó por segundo año consecutivo en 2016, situándose en US$429 mil millones, 2,4% menos que el año anterior. La disminución es notable si se considera que esta caída sostenida de los flujos de remesas a nivel global no había tenido lugar durante las últimas tres décadas.
En ALC, las remesas muestran una tendencia marcadamente distinta, beneficiando así a millones de familias en la región que regularmente reciben estas transferencias para pagar para la educación, la atención médica y otras necesidades vitales. El nuevo informe anual sobre los flujos de remesas a América Latina y el Caribe, realizado por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) muestra que en 2016, las remesas a la región superaron el récord histórico que se había alcanzado el año anterior para llegar a un total de US$ 70,4 mil millones. Este aumento equivale a una tasa de crecimiento anual del 7,2%, la más alta registrada en 10 años.
El informe, comisionado por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo, destaca que el crecimiento de las remesas hacia ALC fue generalizado en toda la región. Ninguna de las subregiones experimentó una disminución en la entrada de remesas. México, que recibe casi dos quintas partes de todas las transferencias de los migrantes de ALC, experimentó un crecimiento de 8,5%, al mismo tiempo que Centroamérica recibió 8,8%, los países del Caribe 6,5% y Suramérica 3,5% más en dichas transferencias comparado con el año anterior.
¿Cuáles son los factores que contribuyeron a esta tendencia excepcional y generalizada? Mirando a la región en su conjunto, se destacan dos causas principales. En primer lugar, el aumento significativo del empleo y de los salarios medios en los principales países de destino de los migrantes de América Latina y el Caribe - Estados Unidos (EE.UU.) y España - impulsó fuertemente la capacidad de envío de dinero de la comunidad migrante. Específicamente, los salarios semanales promedio de los migrantes de ALC en EE.UU. alcanzaron US$ 627, la cifra más alta de los últimos quince años, mostrando una tasa de crecimiento interanual del 3,8%, la más alta registrada desde la crisis financiera de 2008-2009. En España, si bien los salarios de los sectores que emplean una proporción particularmente elevada de personas de origen de ALC han disminuido, la tasa de empleo de los migrantes de la región aumentó en un 5,7%.
En segundo lugar, una importante depreciación de las monedas de la mayoría de los países de América Latina y el Caribe frente al dólar estadounidense y el euro se tradujo en un aumento del poder adquisitivo local de las remesas recibidas en la región, lo que pudo motivar a los migrantes a enviar aún más remesas hacía sus países de origen. Corregido por el impacto de la inflación -que fue del 4,1% - el poder adquisitivo de las remesas de los receptores fue un 14,1% mayor en 2016 comparado con el año anterior.
Una de las conclusiones del informe es que las remesas están aumentando en ALC a pesar de tendencias regionales y globales que podrían afectar negativamente su crecimiento. El fenómeno de los migrantes que regresan a ALC debido a dificultades económicas en EE.UU. no ha afectado a las remesas a la región, al menos en números netos. Además, el de-risking – la tendencia de los bancos grandes a abandonar las relaciones comerciales con los proveedores de servicios monetarios debido a preocupaciones sobre el cumplimiento con regulaciones de conocimiento del cliente – no parece afectar las remesas a ALC tanto como a otras regiones del mundo, como África y el Medio Oriente, por ejemplo.
Uno de los retos del mercado de remesas para los compiladores de datos continúa siendo la diversidad de canales utilizados tanto por los remitentes como los receptores. Las encuestas de clientes de remesas, realizados por parte de CEMLA y otros, apuntan a un creciente uso de aplicaciones y sitios web para enviar y recibir dinero del extranjero, especialmente cuando el receptor o el remitente disponen de una tarjeta de débito u otro instrumento de pago digital. Sin embargo, la información proporcionada por los bancos centrales aún no es suficiente para reportar el envío y recepción de remesas por canal utilizado. El CEMLA y el FOMIN continúan trabajando juntos para abordar este reto.
Fermín Vivanco posee más de 20 años de experiencia en finanzas inclusivas. En el FOMIN lidera proyectos que son parte del área Ciudades Inclusivas, centrándose en soluciones y tecnologías financieras urbanas, en empresariado social, y en ahorros, incluyendo ahorro previsional
Lukas Keller es consultor en la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID. Antes trabajó para el FOMIN como coordinador del Programa de Remesas y Ahorros. Tiene maestrías en Ciencias Políticas y Administración Publica de las universidades de Rutgers y Konstanz.