En América Latina y el Caribe viven 625 millones de personas y en pocos años cerca del 80% de la población se concentrará en áreas urbanas. Para alimentar a una población que crece a este ritmo se deberían producir un 50% más de alimentos, 45% más de energía y un 30% más de agua en 2030. Lo cierto es que el sistema económico actual no contempla los limites naturales de nuestro planeta y esto nos lleva a la degradación del suelo, polución, emisiones de gases de efecto invernadero, consecuencias ambientales que terminan siendo económicas y sociales.
La escasez de recursos junto con el crecimiento de población y los patrones de consumo piden a gritos un cambio en el modelo lineal actual de “extraer, producir y desechar” y desvincular el crecimiento económico de la extracción y uso de nuevos recursos. Esto es posible a través de la reducción y eliminación de residuos, la reutilización y reciclaje. Si continuamos con el business-as-usual pronto seremos testigos de un aumento en la volatilidad de los precios e inflación de productos básicos junto con una caída en la disponibilidad de insumos críticos para cualquier economía actual.
Un giro hacia un modelo circular podría generar en los próximos cinco años, según el World Economic Forum, un trillón de dólares sólo en ahorros de materiales, generar más de 100,000 nuevos empleos y evitar hasta 100 millones de toneladas de residuos. Estas cifras justifican replantearse la transición a un modelo circular y deberían atraer la atención del sector público y del sector privado por igual.
Un modelo circular más allá del reciclaje
En Latinoamérica y el Caribe se dan circunstancias que podemos considerar positivas para esta transición hacia un modelo circular. Si bien es cierto que la tasa de productividad de los materiales es baja en comparación con otras regiones; por ejemplo, en Argentina, Brasil y Chile es de entre $420-851 Tn como medida del PIB mientras que la media de la OCDE es $1,700tn/Tn, también es cierto que existe una fuerte conciencia ambiental. Según el Greendex Survey 2014 de National Geographic, Brasil y Argentina están entre los 5 países con el mayor interés por el medioambiente. De igual manera, el clima regulatorio sobre recuperación de materiales y reciclaje presenta un panorama positivo con un número creciente de países preparando políticas de reciclaje que podrían minimizar el impacto de los empaques y explorar esquemas de responsabilidad compartida del productor. El potencial va mucho más allá del reciclaje, aunque la gestión de residuos es un punto natural de partida. El valor está en evitar los residuos, reutilizar, mantener y re-manufacturar.
En este contexto, la innovación juega un rol relevante. Por ejemplo, investigación para introducir el uso de materiales que alarguen la vida de las infraestructuras o permitan su reutilización o apoyar el desarrollo de la construcción modular que permita una reparación y reutilización fácil. Es necesario innovar en el diseño de nuevos materiales y productos, en las cadenas de valor globales, en las redes de logística inversa, y en modelos de negocios en los que, por ejemplo, las empresas ya no venden productos si no servicios. Los sectores de alimentos y bebidas, construcción, manufactura industrial, minería, energía y gestión de residuos tienen gran potencial de beneficiarse de esta transición.
¿Qué se necesita para llevar a escala modelos de negocio circulares?
Los modelos circulares se pueden desarrollar y llevar a escala con el sector público y privado pero, para ello, las empresas deben adoptar nuevos modelos de negocio, desarrollar nuevas capacidades y adoptar nuevas tecnologías. Para que esto suceda, deben ir acompañadas de financiación suficiente y de marcos legales adecuados. Es aquí donde el FOMIN puede tener un rol, más allá de darle visibilidad. El FOMIN puede apoyar en facilitar en ecosistema para la innovación y la adopción de medidas de eficiencia en el uso de recursos y nuevos procesos para que los sectores privado y público incorporen los cambios que sean necesarios. Un apoyo, a través de instrumentos de préstamos, inversiones y asistencia técnica, que permita movilizar recursos, construir la capacidad local necesaria y compartir los riesgos iniciales.
Es necesaria la colaboración de las empresas, los financiadores y los decisores de política para derribar barreras. Una de ellas es la falta de casos que muestren los beneficios. Es vital apoyar el desarrollo de modelos comerciales viables y mostrarlos. Esto requiere además estimular la investigación colaborativa y los esfuerzos en el diseño de materiales y procesos. El acceso a la financiación es siempre crítico y requiere algo más que simplemente ajustar los productos existentes y los modelos de riesgo.
Los encargados de formular políticas desempeñan un papel esencial en el apoyo y la habilitación de esta transición, examinando los beneficios desde una perspectiva de ciudad o país y proporcionando las condiciones para que las partes interesadas apoyen este cambio sistémico. Se pueden incorporar elementos como parte del diálogo de política del Grupo del BID o préstamos basados en políticas, incluyendo la experimentación con enfoques adaptados para proporcionar incentivos fiscales, financiamiento, infraestructura, apoyo tecnológico y asistencia técnica.
Ciudades Circulares: Planificación e infraestructura circular
Para que las ciudades se puedan pensar en una transición a un modelo circular tienen que incorporarlo el desde la planificación urbana. Es una oportunidad de hacer las ciudades más competitivas, sostenibles, equitativas y vivibles. Y si el sector privado tiene un rol fundamental en la innovación en materiales, procesos y modelos de negocios, el sector público tiene un rol en actualizar y adaptar políticas, compartir conocimiento y fomentar la innovación. En las ciudades es muy importante la gestión los residuos, pero también lo son el transporte y la movilidad, el uso del agua y energía, y la necesidad de repensar aspectos como la infraestructura. ¿Cuál es la infraestructura que permitirá a una ciudad avanzar hacia el futuro? ¿Queremos seguir los ejemplos de Singapur, Amsterdam o Melbourne?
Para responder estas preguntas con esta lente circular primero hay que llegar a una definición de lo que se entiende por economía circular desde el punto de vista de inversión y desarrollar criterios y métricas. De lo contrario es difícil comparar riesgos. El desarrollo de estos instrumentos y casos que demuestren la evidencia permitirán que los modelos circulares se conviertan en propuestas de valor para los inversores.
Desde el FOMIN, como laboratorio de innovación para el Grupo BID, queremos incorporar en PPPAmericas una lente circular, y tratar de poner sobre la mesa, primero, el sentido de urgencia y, segundo, poner de manifiesto algunos de los desafíos para tratar de abordarlos, como Grupo BID, cuanto antes.
En la sesión de Economía Circular: Esquemas de PPPs alternativos (martes 9 de mayo a las 9:30am) podremos escuchar las inquietudes de empresas como Veolia, Arup o Intesa SanPaolo que están involucrados en PPP en sectores como el de agua y residuos. En esta conversación los panelistas compartirán su experiencia y visión sobre modelos que incorporan los principios de circularidad. Algunos de los aspectos a tratar giraran en torno a cuáles son los obstáculos a los que se están enfrentando desde el punto de vista técnico, cómo los están abordando, quién y cómo financiar estos proyectos, cuál sería el rol del sector público y del sector privado y cómo manejar riesgos incluyendo la aceptación de los ciudadanos. ¡Los esperamos!