Mar 13, 2012
By Luciano Schweizer
Daniel Bernard de la consultora Netplan publicó recientemente el artículo “Conozca los 10 mayores errores cometidos por los franquiciados”, en el que -basándose en su experiencia- analiza los errores que se asemejan bastante a los cometidos por los emprendedores que inician sus empresas alrededor del mundo. Por otro lado, en la lógica inversa de la retórica del artículo, me gustaría llamar la atención sobre el contenido de las primeras líneas del artículo:
“Es común imaginar que abrir una franquicia es uno de los caminos más seguros para emprender. Los números refuerzan esta tesis. Según el Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (SEBRAE), la mortalidad de las micro y pequeñas empresas llega al 27% en los dos primeros años de existencia. Entre las franquicias, este índice es inferior a 3%, según la Asociación Brasileña de Franquicias (ABF) (…).”
Esto quiere decir que las posibilidades de fracaso de un start-up convencional son 10 veces superiores a las de una franquicia. En tanto, una afirmación de esta naturaleza, para ser válida, requeriría que los dos universos –de los start-ups convencionales y de las franquicias- fuesen comparables, que no es el caso. De un lado tenemos a millones de microempresas que simplemente arrancan, mientras que del otro lado tenemos las inversiones en franquicias, selectivas y aún restringidas a un segmento especial de la población. Esto implica que, al dirigirnos a nuevos y más amplios segmentos de la población con las franquicias, estaremos enfrentando con niveles crecientes de riesgo para los negocios que se inician.