¿Qué alternativas tenemos si queremos proveer acceso a electricidad a familias muy pobres en zonas remotas y de difícil acceso?
Sabemos que si el costo de llegar a comunidades distantes excede cierto umbral, es más económico usar fuentes off-grid como mini-redes servidas por mini-centrales hidráulicas, generadores a diésel, o sistemas fotovoltaicos (comunitarios o domiciliares). Pero incluso estas tecnologías siguen siendo costosas y fuera del alcance de muchas de estas familias.
En el caso de los sistemas fotovoltaicos domiciliares, por ejemplo, estos pueden ser entregados e instalados de forma gratuita y de esta manera se puede llegar a hogares de muy bajos ingresos. El inconveniente de este modelo es que no es sostenible si no se crea algún mecanismo que garantice el mantenimiento y sustitución de partes.
También es factible ofrecer a los hogares la posibilidad de adquirir el sistema—a través de financiamiento, por ejemplo—pero este modelo resulta poco atractivo a hogares muy pobres donde el costo de oportunidad del efectivo que se requiere puede ser muy alto. Esta alternativa, además, no resuelve el problema de sostenibilidad ya que el usuario es dueño y responsable del equipo y el reemplazo de las partes puede resultar muy costoso.
Otra alternativa es el pago por servicio, donde el usuario paga una mensualidad por el uso del equipo, propiedad del proveedor, y el proveedor se encarga de cubrir los costos de mantenimiento y el reemplazo de cualquier parte resolviendo el problema de sostenibilidad del modelo.
Dependiendo del cargo mensual, esta alternativa de pago por servicio podría resultar atractiva a hogares de bajos ingresos y al proveedor del servicio. Para hacerlo atractivo para ambos (el potencial cliente de bajos ingresos que no puede pagar mucho por el servicio y al proveedor que necesita cubrir el costo del servicio y su inversión), se requiere un sistema de tarifas y subsidios que garanticen la recuperación de costos por parte del proveedor reduciendo al mínimo las distorsiones de precios. En este caso, es clave complementar los ingresos que las empresas de servicios públicos reciben de los consumidores con fondos estatales (subsidios) de forma que coincida con los costos de operación en los que incurriría un proveedor de servicios eficiente.
El modelo de Luz en Casa
Este es el modelo de negocios usado por ACCIONA Micro Energía en Perú (AMP). Los clientes, más del 80% clasificados como pobres, pagan aproximadamente 20% de la tarifa oficial aprobada por el regulador y la diferencia es cubierta con recursos del Fondo de Compensación Social Eléctrica (FOSE) del gobierno peruano (basado en un mecanismo de subsidio cruzado). El cliente firma un contrato de servicio de 20 años con AMP quien se compromete a prestar el servicio de mantenimiento y reemplazo de partes. El costo para el cliente es de 10 soles mensuales (aproximadamente US$3,6 y similar, por diseño, a los gastos en energía de los hogares antes de usar los paneles).
Los clientes, a través de los Comités de Electrificación Fotovoltaica, reciben entrenamiento en relación a la operación de los equipos, tareas de mantenimiento preventivo, pago por servicio, derechos del usuario, y son ellos mismos quienes hacen la recolección de pago por servicio dentro de las comunidades y el pago final a AMP—también son los mismo miembros de la comunidad quienes instalan los equipos y hacen mantenimiento correctivo, bajo contrato y supervisión de AMP. La participación de la comunidad reduce costos operativos de AMP y facilita el escalamiento del proyecto: el costo (fijo) de coordinación se diluye al aumentar el número de usuarios servidos y gran parte de los costos variables (instalación, mantenimiento, recolección) se transfieren a los clientes. De hecho AMP logró su sostenibilidad operativa en 2014 al incorporar nuevos hogares a su lista de clientes (sus clientes totalizan ya más de 3.000 hogares).
Adicionalmente, el trabajo coordinado entre AMP y el gobierno y la selección de comunidades basado en el Plan Nacional de Electrificación Rural reduce el riesgo de una expansión inesperada de la red que ponga en peligro la base de clientes y la sostenibilidad financiera del modelo de negocios. El modelo de negocio es viable gracias a la existencia de mecanismos desarrollados por el Estado para su implementación: sin ellos, no se llegaría a comunidades tan pobres y alejadas (por falta del subsidio) o seria menos atractivo para potenciales proveedores prestar el servicio (ante una inesperada erosión de la base de clientes).
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