Antes de visitar Guanajuato México por primera vez, leía sobre el rápido crecimiento de la industria automotriz, la cantidad de empresas multinacionales instaladas allí, las comunidades pobres alrededor de los parques industriales, la paradoja de requerir mucha mano de obra, pero al mismo tiempo la falta de oportunidades y la alta migración. La semana pasada visitamos Irapuato, Silao y Salamanca para comprender mejor la situación actual del estado en cara a nuestro nuevo proyecto para mejorar las perspectivas laborales de los jóvenes que viven ahí.
Guanajuato es un estado con una serie de ciudades de tamaño intermedio, conectadas por la autopista 45. Hay que moverse en auto, esos que México produce tan bien, siendo el séptimo país productor de automóviles a nivel mundial. Con la llegada de GM en 1995, las empresas multinacionales se vienen instalando año tras año, siendo Mazda, una de las últimas empresas en llegar. Y sorprende la cantidad de empresas japonesas por estas tierras, en torno al 40% de las empresas del sector son del país nipón. Incluso Toyota prevé instalar en el estado su planta más moderna a nivel mundial.
Guanajuato en 20 años ha cambiado radicalmente, de ser un estado agrícola, con fuertes sectores del cuero, textil y minería, a ser un estado con fuerte presencia de la industria automotriz. Esta transformación en lo económico no ha venido acompañada de un cambio tan rápido en las vocaciones de su población. Y en particular ha dejado a muchas comunidades descolgadas de este desarrollo.
Si uno visita los parques industriales, son extensiones enormes, limpias, modernas, con todas las facilidades. Pero al salir del parque las comunidades de alrededor tienen una situación muy diferente. Caminos de tierra y piedra, sin alcantarillado, con infraestructura deficiente y con aguas corriendo por mitad de la calle. Los vecinos nos contaron que antes de que estuviera el parque industrial, esas eran las tierras donde solían cultivar.
Abordando la desconexión entre las comunidades y los parques industriales
La desconexión es obvia y los problemas sociales y de seguridad se vienen incrementando. La Directora de la Fundación Comunitaria del Bajío (FCB), Adriana Cortés, nos contaba como las comunidades ven como ´extraños´ a las empresas de los parques, y los parques industriales hasta ahora tampoco ´veían´ las condiciones en las que viven las comunidades aledañas. La FCB lleva casi 20 años trabajando con estas comunidades en su desarrollo local integral y en temas de migración. Cuando entra en una comunidad lo primero que hace es un diagnóstico participativo comunitario, recorriendo casa por casa apuntando los activos y las necesidades. Juntos elaboran un plan de desarrollo local, elijen delegados y delegadas y crean grupos de seguimiento encargados de las acciones del plan y de movilizar al gobierno para lograr inversiones en infraestructura básica, habitacional, de salud y educación, entre otras. Pero dos de los principales problemas que viven las personas de la comunidad que sí trabajan en el sector automotriz son los bajos salarios, especialmente para los operarios, que componen la mayor parte de la fuerza laboral de estas plantas y los turnos que van rotando de mañana, tarde y noche, pues se trabaja las 24 horas. Aunque los salarios suben poco a poco, el punto de partida es muy bajo. Esto también viene aunado a que la mayoría de los adultos en México no terminaron la prepa (el high school de los EEUU) y muchos no tienen otras certificaciones adicionales que demuestren las competencias adquiridas en el trabajo a lo largo de la vida.
Facilitando la transición escuela-empresa de los jóvenes en Guanajuato
El proyecto que estamos diseñando en Guanajuato cuenta con el liderazgo de la Fundación Comunitaria del Bajío, muy reconocida por su labor a nivel local, y la asesoría de Synergos, una ONG global experta en abordar problemas sociales complejos a través de alianzas y enfoque sistémico. El objetivo es desarrollar las competencias de los trabajadores de la industria automotriz y mejorar la empleabilidad de los jóvenes y adultos de las comunidades cercanas a los parques industriales fortaleciendo sus competencias técnicas básicas y avanzadas a través de cursos virtuales y formación continua, mostrándoles la variedad de trayectorias profesionales que pueden lograr en la industria. Para ello se conformará una alianza multisectorial con representantes de las empresas automotrices, gobierno, parques industriales, comunidades y entidades educativas y de formación que marcarán la visión estratégica y sumarán esfuerzos para lograr las metas y objetivos conjuntos.
El proyecto es estratégico para el área de enfoque de Economía del Conocimiento del FOMIN dado que se abordan los problemas de capital humano con un enfoque sectorial, de la industria automotriz, siendo este un sector altamente tecnificado que demanda mayores competencias técnicas y tecnológicas. Además, se alinea también con los intereses de la División de Mercados Laborales del BID, la cual cuenta con amplia experiencia en el desarrollo de habilidades que permitan facilitar la transición escuela-empresa de los jóvenes y está impulsando una agenda de desarrollo de habilidades con sectores estratégicos como el automotriz a través del Comité Nacional de Productividad.
Nuestra esperanza es que este modelo sea un puente de entendimiento y diálogo entre todos los actores involucrados, genere ventajas y beneficios palpables para las comunidades, y deje un modelo inclusivo de desarrollo que sea replicable en los 25 parques industriales de Guanajuato y los de la región del Bajío.